Macarioº
Macario — un idiota — mantiene a lo largo
del cuento un monólogo para calmar su miedo.
Está sentado en una alcantarilla esperando
que salgan las ranas para matarlas y comérselas
para que no despierten a su madrina. En su monólogo
algo caótico el huérfano discapacitado evoca su situación
de marginado en el pueblo (le agreden con piedras), sus
temores de ir al infierno después de morir,
su hambre insaciable y sus ganas inocentes
de chupar los senos de la criada Felipa,
que es su único refugio.
Volver